sábado, 21 de abril de 2012

Dos de "El sicópata. Versos para despejar la mente" (Francisco Gandolfo)






18

Salí en busca del último flautista
de orquesta popular
y lo encontré en un viejo pueblo
de la pampa húmeda
con pasto y ranas
en la cornisa de sus casas

era pelirrojo y pelotari

jugábamos a la pelota por la tarde
y de noche él tocaba tangos en la orquesta
marcando el compás con su taco
y yo bailaba con su hermana

por ser el último flautista
de orquesta popular
lo filmé para proyectarlo
en mis charlas sobre tango

muchos años después
me enteré que había muerto
tuberculoso de tanto trasnochar
y jugar a la pelota

volví y lo busqué entre las tumbas
cubiertas de musgo

la rica y húmeda tierra pampeana
ya le había convertido el pelo
en hojas de remolacha

después de abrazarnos con cariño
fuimos al frontón y jugamos
hasta extenuarnos

sentados en el suelo
las espaldas contra la pared
tocó su último tango
con la flauta que le di
y yo canté los versos de Contursi

después no lo vi más
pero cada vez que como remolachas
lo recuerdo con amor.


*

24

Yo padezco tensiones
semejantes a las que produce el desamor

cuando no las puedo descargar
se materializan en un aro incandescente
alrededor de mi cráneo

los amigos que llegan
prenden su cigarrillo en él
y esperan conversando que se enfríe

cuando se van
llevan el aro que servirá de llanta
a un triciclo infantil

el niño al que se lo regalan
viene a visitarme
y me mira con afecto

me muestra su habilidad para manejar
y al alejarse conduciendo con una mano
con la otra me saluda.




De Versos para despejar la mente. Rosario: Editorial Municipal de Rosario, 2006.