I
ñ
Aquel que entró en los dominios de la edad
ya no buscará los pabellones ni los jardines,
ni los libros ni los arroyos ni los follajes,
ni la huella, en los espejos, de una más tierna y breve
mano:
el ojo del hombre a esta altura de su vida está velado,
su brazo es demasiado débil para sostener, para conquistar,
lo miro mirar cómo se aleja
todo lo que un día fue su único trabajo, su tierno deseo...
Fuerza escondida, si existe una, te ruego,
que no se hunda en el espanto de sus errores,
que no repita palabras de amor artificiales,
que su gastada fuerza se sobresalte por última vez,
¡que se levante, y que otra ebriedad lo invada!
Sus combates más duros fueron livianos destellos
de pájaros,
sus hechos más graves, apenas una invasión de lluvia;
sus amores no hicieron más que partirse como juncos,
su gloria, no más que inscribir en un muro pronto arruinado
un nombre de ceniza…
ya no buscará los pabellones ni los jardines,
ni los libros ni los arroyos ni los follajes,
ni la huella, en los espejos, de una más tierna y breve
mano:
el ojo del hombre a esta altura de su vida está velado,
su brazo es demasiado débil para sostener, para conquistar,
lo miro mirar cómo se aleja
todo lo que un día fue su único trabajo, su tierno deseo...
Fuerza escondida, si existe una, te ruego,
que no se hunda en el espanto de sus errores,
que no repita palabras de amor artificiales,
que su gastada fuerza se sobresalte por última vez,
¡que se levante, y que otra ebriedad lo invada!
Sus combates más duros fueron livianos destellos
de pájaros,
sus hechos más graves, apenas una invasión de lluvia;
sus amores no hicieron más que partirse como juncos,
su gloria, no más que inscribir en un muro pronto arruinado
un nombre de ceniza…
I // Celui qui est entré dans le proprietés de l’âge,/il n’en cherchera plus les pavillons ni les jardins,/ni les livres, ni les canaux, ni les feuillages,/ni la trace, aux miroirs, d’une plus brève et tendre/main:/l’oeil de l’homme, en ce lieu de sa vie, est voilé,/son bras trop faible pour saisir, pour conquérir,/je le regarde qui regarde s’éloigner/tout ce qui fut un jour son seul travail, son doux désir...// Forche cachée, s’il en est une, je te prie,/qu’il ne s’enfonce pas dans l’epouvante de ses fautes,/qu’il ne rabâche pas des paroles d’amour factices,/que sa puissance usée une dernière fois sursaute,/se ramasse, et q’une autre ivresse l’envahisse!// Ses combats les plus durs furent légers éclairs d’oiseaux,/ses plus graves hasards à peine une invasion de pluie;/ses amours n’ont jamais fait se briser que des roseaux,/sa gloire inscrire au mur bientôt ruiné un nom de suie...
1 comentario:
Muy bueno Jaccottet y tu traducción!
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